Mis pequeñas cosas

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Fotos, pensamientos, canciones, fragmentos y momentos. Vida.

sábado, 23 de febrero de 2013

Aunque sólo hubiera sido una vez.






Siempre estuve hambrienta.
Aunque sólo hubiera sido una vez,
hubiera querido recibir amor hasta raudales.
Hasta hartarme.
Hasta poder decir: "Ya basta. 
Estoy llena. No puedo más":
Me hubiera conformado con una vez. 



— Haruki Murakami. Tokio Blues.

viernes, 22 de febrero de 2013

A veces...


A veces quisiera vivir en una nube... o volar como una mariposa por encima de las flores y posarme allí como si nada, mientras el mundo sigue con su vorágine sin prisa y sin pausa.


SilRed

miércoles, 13 de febrero de 2013

Pink Floyd - Speak to Me



"Yo he estado loco durante malditos años, absolutamente años, 
he estado, encima del borde durante años,
he estado trabajando muy duro...
Yo siempre he estado loco, yo sé que he estado loco, 
como la mayoría de nosotros...
es muy difícil explicar por qué estás loco, 
incluso si tu no estás loco..."


martes, 12 de febrero de 2013

Por la ambición de volar... Dédalo e Ícaro

La leyenda de Dédalo e Ícaro. Una historia interesante sobre envidias, celos, culpas y ambiciones... Todos aspectos que de una u otra forma, están presentes en un ser humano.

"El hombre es la medida de todas las cosas"
Protágoras*. 
Sofista griego. 


Esta una leyenda de la mitología griega. Dédalo era un arquitecto griego, que cierto día comete el asesinato de su sobrino Talos, que era su discípulo. Talos era muy inteligente y con solo doce años había inventado la sierra, inspirándose en las espinas de los peces. 

Dédalo sintió mucha envidia de la inteligencia de Talos, comparándolo con su hijo, Ícaro. 
Un día, durante la noche, subieron al tejado de la Acrópolis y soñaban con distintos mecanismos para volar. 
Ícaro cansado se fue a dormir, entonces Dédalo logró engañar a Talos, y lo empujó desde lo alto del tejado de la Acrópolis.

Dándose cuenta del terrible error que había cometido y del castigo al que sería sometido por los atenienses, decidió huir a la isla de Creta, con su hijo Ícaro. 

Allí fue recibido por el rey Minos, quien le encargó varios trabajos. Entre ellos, le pidió que construyera un laberinto del que no se pudiera salir, para encerrar allí al Minotauro,un monstruo mitad hombre y mitad toro.

Un espíritu libre. Friedrich Nietzsche


Cabe presumir que un espíritu en el que el tipo “espíritu libre” ha un día de madurar y llegar a sazón hasta la perfección haya tenido su episodio decisivo en un gran desasimiento y que antes no haya sido más que un espíritu atado y que parecía encadenado para siempre a su rincón y a su columna. ¿Qué es lo que ata más firmemente? ¿Cuáles son las cuerdas casi irrompibles? 

Entre hombres de una clase elevada y selecta los deberes serán ese respeto propio de la juventud, ese recato y delicadeza ante todo lo de antiguo venerado y digno, esa gratitud hacia el suelo en que crecieron, hacia la mano que les guió, hacia el santuario en que aprendieron a orar; sus momentos supremos serán lo que más firmemente les ate; lo que mas duramente les obligue.

 Para los hombres de tal suerte encadenados, el gran desasimiento se opera súbitamente, como un terremoto: el alma joven es de repente sacudida, desprendida, arrancada, ella misma no entiende lo que sucede. Un impulso y embate la domina y se apodera de ella imperiosamente; se despiertan una voluntad y un ansia de irse; a cualquier parte, a toda costa; flamea y azoga en todos sus sentidos una vehemente y peligrosa curiosidad por un mundo ignoto. -Antes morir que vivir aquí, así resuenan la voz y la seducción perentorias: ¡y este “aquí”, este -“en casa”- es todo lo que hasta entonces había amado! 

lunes, 11 de febrero de 2013

Ha vuelto a brillar el sol.

Ha vuelto a brillar el sol en mi ventana. Ha vuelto a brillar el sol por la mañana.

Solo un sentimiento, en este momento.


sábado, 2 de febrero de 2013

"La vida, ese paréntesis..." Antesala de cumpleaños



Así comenzó la reflexión, recordando el título del libro de Mario Benedetti. "La vida, ese paréntesis" y algún que otro hecho de la vida cotidiana.

Ese paréntesis que se abre el día en que nacemos, el día en que asomamos al mundo por primera vez, dejando el nido tibio del vientre de mamá, para empezar un camino que es siempre a descubrir, en cada hora, en cada día, en cada año.

Ese paréntesis que se cierra, que se cerrará el día final, cuando en el adiós de los seres queridos, en alguna lágrima quizás, la luz de la vida se apague para siempre, el telón se cierre, y abandonemos el mundo,  entrando lentamente en  el territorio desconocido de los recuerdos de otros.

El día del cumpleaños. Nunca es un día como cualquier otro. Quizás algunos lo disfrutan mucho, quizás otros quieren pasarlo por alto. La singularidad de cada uno vestirá de diferentes matices este día. Expectativa, alegría, tristeza, melancolía, recuerdos y anhelos, deseos, proyectos por cumplir... Tantos sentimientos pueden caber en este día!

El simple hecho de las dos posibilidades que caben el día del cumpleaños, ya sea la alegría de festejar o la necesidad de no hacerlo, ya el simple hecho de elegir una u otra, hacen inevitablemente, que este día no sea igual a cualquiera.

Creo que cumplir años, es realmente el verdadero festejo de año nuevo.

Tercera edad. Mario Benedetti



TERCERA EDAD


Cuando después de muchas penas
conseguiste ser joven / los inclementes años
se instalan soberanos en tu espalda
cuando sabés por fin lo que deseabas
sos un experto acerca de tu infancia
y ya no adoleces de adolescencia
llega la taquicardia y como un gong
te sume en las arenas movedizas
la edad viene a la cama y nos desvela
un aire joven limpia los pulmones
pero la tos espanta las nostalgias
y nos dormimos pobres / desdichados
otras noches soñamos con ser otros
para tomar aliento simplemente
nos claveteamos en el aire
nos malvoneamos en el sol
besamos con los labios que tuvimos
y de pronto prontísimo
la vida usual con su galimatías
nos da las bofetadas de rigor
y sin embargo viejos
lo que se dice viejos
eso es sólo un rumor de los muchachos
por ahora la clave es seguir siendo jóvenes
hasta morir de viejos.

Mario Benedetti