Testigo de insomnios y de ensueños,
en el silencio nocturno.
Candil que ilumina con contraluces,
los cuerpos que se abrazan
entre sábanas o hierbas.
Luna callada, sin pretensiones de grandeza,
su ausencia de luz no hace piedra en el camino.
Se engrandece su brillo
con la fuerza que surge al recibir.
Incondicionalmente presente,
refleja y acompaña
con la luz que a ella llega,
y no guarda para sí.
Capacidad y simpleza en la entrega,
sin condicionamientos.
Para el desamparado y el romántico,
para el solitario y pensativo,
para quien se encuentra perdido
entre los pasos del silencio,
para el caminante que sigue su destino,
para el que duerme su sueño, esperando el día.
Para todos, para cada uno,
un rayito de luna se despliega en el camino.
SilRed
!la plaza es mía, la plaza es mía, gritaba el loquito en "Cinema..." Esta luna es mía grito yo, nuestra grito yo.
ResponderEliminarDady