En este baile no perdí mi zapatilla,
todo lo tenía puesto y se ha esfumado,
quedé con mis andrajos nuevamente
y he vuelto a las cenizas, a los rincones.
Ya no hay príncipe que busque mi presencia,
ni hadas, ni bailes, ni palacios,
sólo castillos dibujados en el polvo,
sin palabras, sin risas, sin ventanas.
Ninfa Farrach
(Managua, Nicaragua, 1958)
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