Piensa en mí, pequeña, piensa en mí
cuando las brujas te arañen por la mañana.
No te haré más tibio el frío
ni más dulce el café con leche
pero piensa en mí,
pequeña,
piensa en mí.
Piensa en mí cuando no te alcance el sueldo
o cuando te empujen en el metro a las ocho.
Y llévame
bordado en tu blusa
o pintado en tu sonrisa roja.
Colúmpiame
de tus pendientes.
Envuélveme con tus anillos
y déjame ir contigo, déjame ir.
Déjame ir donde vas, déjame ir,
pequeña, entre alegría y pena
abrazado contra el poema
que lees a escondidas.
Bostezará perezosa la ciudad
cuando marques la hora
y abras las ventanas del despacho
y te sacudas los pájaros
que anidan en tus cabellos;
te dice el corazón
que el pájaro enjaulado, muere.
Ellos me traen en sus plumas sueños y latidos
cuando golpean mis cristales sus picos.
Y me cuentan
la historia blanca y pequeña
que entre cuatro paredes se marchita.
Pian
que muere la primavera
cuando no puede ir a paseo.
Déjame ir contigo, déjame ir.
Déjame ir donde vas, déjame ir,
pequeña, y enciende la cara.
Piensa que todavía nos queda
el camino de tus pájaros
para volarlo tú y yo con ellos.
De Joan Manuel Serrat
Una de las canciones más especiales y significativas en mi vida.
ResponderEliminarLlegó a mí, de una manera muy especial y en un momento de esos que se guardan para siempre en el corazón.
Gracias!