Mis pequeñas cosas

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Fotos, pensamientos, canciones, fragmentos y momentos. Vida.

domingo, 30 de marzo de 2014

Las manos de Lila. Rodolfo Serrano.


Las manos de Lila

A mi nieta, recién venida



Fotografía Jimena Ruiz Echazú
Se mueven como el mundo. Dulce, sencillamente.
Esas manos que un día abrazarán la tierra,
que traerán caricias y curarán dolores
y harán de los caminos abrazos de los cuerpos.


Esas manitas chicas, como estrellas de aire,
que se agarran dormidas a la vida que late
en otra carne amada, en el calor del sueño.
Esas manos que traen el nombre de la dicha.


Los dedos como brotes de los frutos más dulces,
nubes y caracolas donde se esconde el viento.
Esperanza y promesa de un futuro que rompe
la tormenta del miedo y la palabra nunca.


En esas manos mueren los espacios vacíos,
la eternidad empieza como un beso cercano,
lo mismo que si fuera el universo abierto,
el lento movimiento de todas las mareas.


Me agarran esas manos, me acarician despacio,
y rozan suavemente mis dedos asombrados.
Luego, tiernas y frágiles, llegan hasta mi pecho
abren mi corazón y se quedan dormidas.




Ismael Serrano y su padre, Rodolfo Serrano

sábado, 8 de marzo de 2014

Muchacha. Armando Tejada Gómez.







Un hermosísimo poema para dedicar
y conmemorar el día de la mujer. 
A esa mujer de las multitudes, 
a la mujer anónima, 
a esa "muchacha plural, en las ciudades"
a esa mujer que 
"has nacido risa, ha nacido tumulto, 
ha nacido de pronto con un golpe de alas."

Las palabras de Armando Tejada Gómez. 









Muchacha

Recuérdame esta noche y nómbrame en tu idioma,
amor mío, muchacha, territorio de pájaros,
nómbrame en las ciudades donde trepas los trenes
con la amapola herida de tu vestido diario.

No conozco tu nombre, pequeñito y apenas,
tu mínimo poema de una sola palabra,
pero voy pronunciándote cuando digo esperemos
o cuando me transitas hacia dentro del alma,
porque sé que tus rostros tienen un mismo rostro
y tu sonrisa un aire de pétalo del aire,
conozco, sé tu modo de salvarnos la vida,
vencedora inmutable, con un niño en la sangre.

Yo te he visto muchacha plural, en las ciudades,
gastándote la magia con la prisa del alba.

Las oficinas públicas, públicamente áridas,
la tienda estrepitosa, la planilla a mansalva,
esas fábricas rojas de devorar, el sueldo,
lamentables rutinas de alquilarte hasta el sábado
y tú, tu nuca tibia, trizada luz, flor pálida,
resistes esa estrecha disposición de enanos
apoyada en tus sueños como en una ventana.
Y el moscardón horario zumbándote el absurdo
para matarte adentro la condición de pájaro.
Las ciudades son turbios demagogos, son esas
celestinas anónimas de la moda, sensuales
como una gelatina de sexo pegajoso,
espesas son, a gotas, turbiamente sensuales.
Las ciudades son fríos hoteles transitorios.
Debe ser espantoso morir en las ciudades.


Porque no han hecho nada por amor, tantas cosas,
porque no figurabas en los planos, muchacha.
Y ya has nacido risa, has nacido tumulto,
has nacido de pronto con un golpe de alas.

Y ahora que has venido, que ya estás, que has llegado,
hay que cambiarlo todo, decir amor y amarnos,
clausurar las planillas, postergar las ganancias,
ahora que has llegado con tu fragante risa
qué han de hacer los señores de destino contable...

En horas de oficina, bajará mi poema,
a decirte en la oreja: territorio de pájaros...
Pero sigue guardando flores en la cartera,
la última dulce carta, un poema de Pablo,
sigue guardando signos de combatir el moho,
subversivos panfletos de construir la esperanza.

Muchacha, estrella nuestra, amor en todas partes,
los poetas cantamos para tu pie desnudo,
para tu sangre diaria,
porque somos la vida y esa sonrisa tuya,
nada más que la vida,
la vida y tú,
muchacha...

A continuación puedes ver y escucharlo en video...

8 de marzo Día internacional de la Mujer.

8 de marzo. Día internacional de la mujer:

Los hechos que dieron lugar a esta fecha, 
merecen un respetuoso recuerdo
 por todas aquellas que fallecieron, 
cuando en situación de explotación, 
reclamaban derechos de trabajo...
Con la elección de esa fecha se conmemora, 

según la opinión más difundida, 
la muerte de 129 trabajadoras 
que tuvo lugaren 1857 en la fábrica
 textil Cotton de Nueva York, 
donde se habían encerrado las trabajadoras reclamando mejoras de salario 
y horario de trabajo. 
Un incendio, tal vez provocado 
por el empresario, 
acabó con sus vidas. 
Sin embargo, otras investigaciones 
señalan que no existen pruebas documentales del suceso 
y que lo que sí tuvo lugar en 1857 
fue una marcha convocada en el mes de marzo por el sindicato de costureras 
de la compañía textil de Lower East Side, 
de Nueva York,que reclamaban 
una jornada laboral de diez horas..




El 8 de marzo es día de conmemorar y no de festejar.



domingo, 2 de marzo de 2014

Palabras al viento, para vos...




A veces... tengo ganas
de lanzar palabras al viento, 
con todo lo que yo siento
y hacértelas llegar. 

A veces...tengo ganas
de ser la brisa suave 
que te acaricie el hombro, 
de provocarte la sorpresa
que te devuelva de tanta,
y larga ausencia.

A veces... quisiera
que de pronto te des vuelta
y te encuentres con esta imagen,
la mía, 
que siento se desdibuja
ante tanta lejanía.

SilRed

Fotografía SilRed

Para una personita que quiero con todo mi ser. Y siento lejos...
01-03-14

Hojas de hierba. Walt Whitman




"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta. 

Fotografía SilRed

(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto. 
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. " 

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.

Fotografía SilRed

Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?

Fotografía SilRed


Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.




(traducción de Ramón Hervas). Barcelona: Ediciones 29, 1993.