Mis pequeñas cosas

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Fotos, pensamientos, canciones, fragmentos y momentos. Vida.

viernes, 22 de julio de 2011

En cualquier lugar.

Un día como cualquiera, agazapada en mi abrigo, rumbo a mis lugares de trabajo, las manos en los bolsillos, la mirada recorriendo los cuadritos de la vereda, formando un cerco para evitar el contacto del frío hostil sobre mi piel.

De pronto,  por esas cosas de la cotidianeidad,  transitando como siempre las mismas veredas diarias, suelo sorprenderme con el encuentro de un árbol, adornado con sus frutos.

Es entonces cuando mi mirada se queda absorta en el pequeño paisaje, que me brinda por un instante la calidez de su colores. Es entonces cuando recuerdo, cuando golpean a la puerta de mi memoria, esas palabras que dicen: "...en cualquier lugar, nos puede sorprender la primavera..."*

*Cita de Joan Manuel Serrat

SilRed









lunes, 18 de julio de 2011

Buscándonos


Este tema figura en el trabajo "Hechos de Nubes. Homenaje a Pablo Guerrero (Obra colectiva)" en el año 2007. Serrat interpreta "Buscándonos" .
Aquí una compaginación de imágenes para acompañar tan bella poesía hecha canción.

José Pablo Guerrero Cabanillas, cantautor y poeta extremeño afincado en Madrid desde finales de los años 60. Utiliza un estilo sobrio y poético en los textos de sus canciones.

Qué de temblor de peces
hay en tus ojos
cuando penetro en ti
—buscándote, buscándote—
granizada de luz
en mi noche de agosto.

Qué temblor de manantiales
hay en tu boca
cuando bebo de ti
—buscándote, buscándote—
un buen sorbo de besos.

Qué de temblor de risa
hay en tus manos
cuando vienen a mí
—buscándome, buscándome—
para exigir al mundo
nuestra ración de dicha.

Qué de temblor de vida
hay en nosotros
cuando nos descubrimos
—buscándonos, buscándonos—
hasta sentirnos uno,
nuestros, resucitados.

Pablo Guerrero
(1972)

jueves, 14 de julio de 2011

De los despreciadores del cuerpo. Friedrich Nietzsche

A los despreciadores del cuerpo quiero decirles mi palabra. No deben aprender ni enseñar otras doctrinas, sino tan sólo decir adiós a su propio cuerpo - y así enmudecer.
«Cuerpo soy yo y alma» - así hablaba el niño. ¿Y por qué no hablar como los niños?
Pero el despierto, el sapiente, dice: cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es sólo una palabra para designar algo en el cuerpo.
El cuerpo es una gran razón, una pluralidad dotada de un único   sentido, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor.
Instrumento de tu cuerpo es también tu pequeña razón, a la que llamas «espíritu», un pequeño instrumento y un pequeño juguete de tu gran razón.
Dices «yo» y estás orgulloso de esa palabra. Pero esa cosa más grande aún, en la que tú no quieres creer, - tu cuerpo y su gran razón: ésa no dice yo, pero hace yo.
Lo que el sentido siente, lo que el espíritu conoce, eso nunca tiene dentro de sí su término. Pero sentido y espíritu querrían persuadirte de que ellos son el término de todas las cosas: tan vanidosos son.
Instrumentos y juguetes son el sentido y el espíritu: tras ellos se encuentra todavía el si-mismo. El sí-mismo busca también con los ojos de los sentidos, escucha también con los oídos del espíritu.
El sí-mismo escucha siempre y busca siempre: compara, subyuga, conquista, destruye. El domina y es también el dominador del yo.
Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido - llamase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.
Hay mas razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría. ¿Y quién sabe para qué necesita tu cuerpo precisamente tu mejor sabiduría?
Tu sí-mismo se ríe de tu yo y de sus orgullosos saltos. «¿Qué son para mí esos saltos y esos vuelos del pensamiento? se dice. Un rodeo hacia mi meta. Yo soy las andaderas del yo y el apuntador de sus conceptos».
El sí-mismo dice al yo: «¡siente dolor aquí! » Y el yo sufre y reflexiona sobre cómo dejar de sufrir - y justo para ello debepensar.
El sí-mismo dice al yo: « ¡siente placer aquí!» Y el yo se alegra y reflexiona sobre cómo seguir gozando a menudo - y justo para ello debe pensar.
A los despreciadores del cuerpo quiero decirles una palabra. Su despreciar constituye su apreciar. ¿Qué es lo que creó el apreciar y el despreciar, y el valor y la voluntad?
El sí-mismo creador se creó para sí el apreciar y el despreciar, se creó para sí el placer y el dolor.  El cuerpo creador se creó para sí el espíritu como una -mano de su voluntad.
Incluso en vuestra tontería y en vuestro desprecio, despreciadores del cuerpo, servís a vuestro sí-mismo.  Yo os digo: también vuestro sí-mismo quiere morir y se aparta de la vida.
Ya no es capaz de hacer lo que más quiere: -crear por encima de sí.  Eso es lo que más quiere, ese es todo su ardiente deseo.
Para hacer esto, sin embargo, es ya demasiado tarde para él: - por ello vuestro sí-mismo quiere hundirse en su ocaso, despreciadores del cuerpo.
¡Hundirse en su ocaso quiere vuestro sí-mismo, y por ello os convertisteis vosotros en despreciadores del cuerpo! Pues ya no sois capaces de crear por encima de vosotros.
Y por eso os enojáis ahora contra la vida y contra la tierra.  Una inconsciente envidia hay en la oblicua mirada de vuestro desprecio.
¡Yo no voy por vuestro camino, depredadores del cuerpo! ¡Vosotros no sois para mí puentes hacía el superhombre! -

Así habló Zaratustra


Friedrich Nietzsche


Trad. 
A. Sánchez Pascual

jueves, 7 de julio de 2011

Ahora que el corazón se me dispara





Ahora que tengo veinte años,
ahora que aún tengo fuerzas,
que no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre.
Ahora que me siento capaz de cantar si otro canta.
Hoy que aún tengo voz y aún puedo creer en Dios...
Quiero cantar a las piedras, a la tierra, al agua,
al trigo y al camino, que voy pisando.
A la noche, al cielo, a este mar tan nuestro,
y al viento que por la mañana viene a besarme el rostro.
Quiero alzar la voz por una tempestad,
por un rayo de sol, o por el ruiseñor
que ha de cantar al atardecer.
Ahora que tengo veinte años,
ahora que aún tengo fuerzas,
que no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre.
Ahora que tengo veinte años,
ahora que el corazón se me dispara,
por un instante de amar,
o al ver un niño llorar...
Quiero cantar al amor.
Al primero. Al último.
Al que te hace padecer.
Al que vives un día.
Quiero llorar con los que se encuentran solos,
y sin ningún amor van pasando por el mundo.
Quiero alzar la voz,
 para cantar a los hombres que han nacido de pie,
que viven de pie, y que de pie mueren.
Quiero y quiero y quiero cantar.
Hoy que aún tengo voz.
Quién sabe si podré mañana.
Pero hoy sólo tengo veinte años.
Hoy aún tengo fuerzas,
y no tengo el alma muerta,
y me siento hervir la sangre...
Joan Manuel Serrat

viernes, 1 de julio de 2011

¿Por qué será?

¿Por qué será que uno fabrica sus recuerdos 
y luego los olvida?
¿por qué será que uno procede de algún dios
para volverse ateo?
¿por qué será que la luna tiene
una barriga blanca?
¿por qué será que cuando abro el ropero
las mangas me saludan?
¿y que tu boca dice ternuras
tan sólo cuando calla?


¿por qué será que un cuerpo virgen
tiene pezones de burdel?
¿por qué será que si decido
morir nadie me cree?
¿por qué será que los pájaros cantan
después de los entierros memorables?
¿por qué será que si beso tu beso
me siento renovado?
¿por qué será que me haces tanta falta?




Mario Benedetti.