La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos pero no tenía a quien tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna. Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos. Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.
RISA,TOCARNOS, REIR, LLORAR,...AMARNOS
ResponderEliminarDADY