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sábado, 10 de enero de 2015

Al final, la mejor manera de viajar es sentir.

De Fernando Pessoa (Álvaro de Campos)



Al, fin la mejor manera de viajar es sentir.
Sentirlo todo de todas las maneras.
Sentirlo todo excesivamente,
porque todas las cosas son, en verdad, excesivas,
y toda la realidad es un exceso, una violencia,
una alucinación extraordinariamente nítida
que vivimos todos en común con la furia de las almas,
el centro al que tienden las extrañezas fuerzas centrífugas
que son las psiques humanas en su armonía de sentidos.

Cuanto más sienta, cuanto más sienta como varias personas,
cuanto más personalidades tenga,
cuanto más intensamente, estridentemente, las tenga,
cuanto más simultáneamente sienta con todas ellas,
cuanto más unificadamente diverso, dispersamente atento,
esté, sienta, viva, sea,
más poseeré la existencia total del universo,
más completo seré a lo largo del espacio entero.
más análogo seré a Dios, sea Dios quien sea,
porque sea Dios quien sea,
porque sea quien sea ciertamente lo es Todo
y fuera de Él sólo hay Él, y Todo para Él es poco.

Cada alma es una escalera hacia Dios,
cada alma es un pasillo-Universo hacia Dios,
cada alma es un río discurriendo a orillas de lo Externo
hacia Dios y en Dios como un susurro sombrío.

¡Sursum corda! ¡Elevad las almas! Toda la Materia es Espíritu,

porque Materia y Espíritu son tan sólo unos nombres confusos
dados a la gran sombra que empapa lo Exterior en sueño
y funde la Noche y Misterio al Universo Excesivo.
¡Sursum corda! Despierto en la noche, el silencio es grande.
Las cosas, con los brazos cruzados sobre el pecho, se fijan,
noblemente tristes, en mis ojos abiertos
que las ven cual vagos bultos nocturnos en la noche negra.
Todo el Mundo con su forma visible de costumbre
Yace en el fondo de un pozo y hace un ruido confuso.

Lo escucho, y en mi corazón un gran asombro solloza.

¡Sursum corda! ¡Oh Tierra, jardín colgante, cuna
que mece al Alma dispersa de la humanidad sucesiva!
¡Madre verde y florida, cada año reciente,
cada año vernal, estival, otoñal, hiermal,
cada año celebrante a manos llenas de las fiestas de Adonis

con un rito anterior todas las significaciones,
en un gran culto tumultuoso por montañas y valles!
¡Gran corazón latiendo en el desnudo pecho de los volcanes,
gran voz despertando en las cataratas y en los mares,
gran bacante ebria del Movimiento y el Cambio,
encelada de vegetar y florecer rompiendo
tu propio cuerpo de tierra y roca, tu cuerpo sometido
a tu propia voluntad trastornadora y eterna!
¡Madre cariciosa y unánime de vientos, mares, prados,
vertiginosa madre de los vendavales y ciclones,
madre caprichosa que hace germinar y hace agostar,
que perturba hasta las estaciones y confunde
en un beso inmaterial los soles y las lluvias y los vientos!

¡Sursum corda! Me fijo en ti, y todo yo soy un himno.
Todo en mí, como un satélite de tu dinámica íntima,
gira serpenteando y permanece cual anillo
nebuloso de sensaciones reminiscentes y vagas
en torno a tu cara interna, túrgida e hirviente.
¡Ocupa con toda tu fuerza y todo tu caluroso poder
mi corazón a ti abierto!
Como una espada que atravesara mis ser erguido y extático
intersecciona con mi sangre, con mi piel y mis nervios,
tu movimiento continuo, contiguo a ti misma siempre.
Soy un confuso montón de fuerzas plenas de infinito
Que tienden en todas direcciones hacia todos los lados del espacio.
La Vida, esa cosa enorme, es la que todo lo aprisiona y une
y hace que todas las fuerzas enfurecidas dentro de mí
no salgan de mí, no quiebren mi ser, no rompan mi cuerpo,
no me arrojen como una bomba de Espíritu estallando
en sangre y carne y alma espiritualizados entre las estrellas,
más allá de los soles de otros sistemas y de los astros remotos.

Todo lo que hay dentro de mí tiende a volver a ser todo.
Todo lo que hay dentro de mí tiende a vaciarme en el suelo,
en el vasto suelo supremo que no está encima ni debajo
sino bajo las estrellas y los soles, bajo las almas y los cuerpos,
por una oblicua aptitud de nuestros sentidos intelectuales.

Soy una llama que asciende, mas asciendo hacia abajo y hacia arriba,
asciendo hacia todos los lados al tiempo soy un globo
de llamas explosivas buscando a Dios y quemando
la costra de mis sentidos, el muro de mi lógica,
mi inteligencia limitadora y helada.

Soy una gran máquina movida por grandes correas
De las que sólo veo la parte engranada a mis cilindros;
El resto va más allá de los astros, pasa más allá de los soles
Y parece que nunca ha de llegar al cilindro del que arranca...

Mi cuerpo es centro de un volante estupendo e infinito
siempre vertiginosamente en marcha en torno a sí,
cruzándose en todas direcciones con otros volantes
que se interpenetran y se mezclan, porque eso no es en el espacio
sino en un no sé dónde espacial de otra manera-Dios.

Dentro de mí están aprisionados y atados al suelo
todos los movimientos que componen el universo,
la furia minuciosa de los átomos,
la furia de todas las llamas, el rabiar de todos los vientos,
la espuma furiosa de todos los ríos que se despeñan,

la lluvia de piedras lanzadas desde catapultas
por enormes ejércitos de enanos escondidos en el cielo.

Soy un formidable dinamismo obligado al equilibrio
De estar dentro de mi cuerpo, de no desbordar mi alma.
¡Ruge, estalla, vence, destroza, retumba, agita,
brama, tiembla, espumea, aventa, viola, estalla,
piérdete, trasciéndete, circúndate, vívete, rompe y huye,
sé con todo mi cuerpo todo el universo y la vida,
quema con todo mi ser todas las lumbres y luces,
traza con toda mi alma todos los relámpagos y fuegos,
sobrevíveme en mi vida en todas las direcciones!




Sobre Fernando Pessoa



(Lisboa, 1888- id., 1935) Poeta portugués. Pasó su infancia y juventud en la República de Sudáfrica e inició estudios de derecho en la Universidad de El Cabo, y regresó a Lisboa en 1905. Inició su obra literaria en inglés, aunque a partir de 1908 creció su interés por la lengua portuguesa.

Su obra es una de las más originales de la literatura portuguesa y fue, junto con Sá Carneiro, uno de los introductores en su país de los movimientos de vanguardia. A partir de 1914 proyectó su obra sobre tres heterónimos: Ricardo Reis, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, para quienes inventó personalidades divergentes y estilos literarios distintos. Frente a la espontaneidad expresiva y sensual de Caeiro, Ricardo Reis trabaja minuciosamente la sintaxis y el léxico, inspirándose en los arcadistas del siglo XVIII. Álvaro de Campos evoluciona desde una estética próxima a la de Whitman hasta unas preocupaciones metafísicas en la tarea de explicar la vida desde una perspectiva racional.

Sobre estos desdoblamientos del poeta en varias personalidades, se reflejan sus distintos yos conflictivos, y elabora su propia obra poética, a veces experimental, una de las más importantes del siglo XX y que en su mayor parte permaneció inédita hasta su muerte. Su poesía, que supone un intento por superar la dualidad entre razón y vida, fue recogida en los volúmenes Obras completas: I. Poesías, 1942, de Fernando Pessoa; II. Poesías, 1944, de Álvaro de Campos; III. Poemas, 1946, de Alberto Caeiro; IV. Odas, 1946, de Ricardo Reis; V. Mensagem, 1945; VI.Poemas dramáticos; VII. y VIII. Poesías inéditas, 1955-1956.

Su obra ensayística ha sido recogida en Páginas íntimas de autointerpretación(1966), Páginas de estética y de teoría y crítica literarias (1967) y Textos filosóficos (1968). En 1982 apareció Libro del desasosiego, compendio de apuntes, aforismos, divagaciones y fragmentos del diario que dejó al morir.


Pessoa y su obra poética

Se considera que la gran creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos, que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos, son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre los heterónimos, el mismo Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, ya que era la personalidad original. Con el tiempo, y con la maduración de las demás personalidades, el propio ortónimo se convirtió en un heterónimo más entre otros. Los tres heterónimos más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la obra de Pessoa fue Bernardo Soares, autor del Livro do Desassossego (Libro del desasosiego), una importante obra literaria del siglo XX. Bernardo es considerado un semi-heterónimo por tener muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha de fallecimiento, al contrario que los otros tres, que tienen fecha de nacimiento y muerte, con excepción de Ricardo Reis (que no tiene fecha de fallecimiento). Por esa razón el escritor y premio Nobel portugués José Saramago pudo escribir su novela «O ano da morte de Ricardo Reis» (El año de la muerte de Ricardo Reis).

A través de los heterónimos Pessoa encauzó un profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia e identidad. Este último factor tiene una gran importancia en la famosa naturaleza misteriosa del poeta:

  • Con una falta tal de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?


Pessoa - Ortónimo


La obra ortónima de Pessoa (es decir, la escrita bajo el nombre propio del escritor que crea heterónimos) pasó por diferentes fases, pero que envuelve básicamente la búsqueda de un cierto patriotismo perdido, a través de una actitud sebastianista reinventada. El ortónimo fue profundamente influenciado, en varios momentos, por doctrinas religiosas como la teosofía y sociedades secretas como la masonería. La poesía resultante tiene un cierto aire mítico, heroico (casi épico, pero no en la acepción habitual del término), y por veces trágico. Es un poeta universal, en la medida en que nos fue dando, incluso con contradicciones, una visión a un mismo tiempo múltiple y unitaria de la vida. Es precisamente en este intento de mirar el mundo de forma múltiple (con un fuerte substrato de filosofía racionalista e incluso de influencia oriental) en donde reside una explicación plausible de la creación de los célebres Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Ricardo Reis o de su semi-heterónimo Bernardo Soares.

La principal obra del llamado "Pessoa elemesmo" (Pessoa-él-mismo) es Mensagem, una colección de poemas sobre los grandes personajes históricos portugueses. El libro fue el único publicado en vida del autor.

El ortónimo es considerado como simbolista y modernista por la evanescencia, la indefinición y la insatisfacción, y por la innovación practicada por entre diversas sendas de formulación del discurso poético (sensacionismo, paulismo, interseccionismo, etc.)



Pessoa - Heterónimos


Fernando Pessoa tenía 72 heterónimos. De ellos, los más importantes fueron:

  • Alberto Caeiro

Caeiro, nacido en Lisboa, fue la mayor parte de su vida un campesino casi sin estudios formales —solo cursó la instrucción primaria—, pero es considerado el maestro entre losheterónimos, inclusive por el ortónimo. Muertos su padre y su madre, se quedó en casa de una tía-abuela, viviendo de una renta modesta. Murió de tuberculosis. También es conocido como el poeta-filósofo, pero él rechazaba ese título y pregonaba una «no filosofía». Creía que los seres simplemente son, y nada más: se irritaba con la metafísica y cualquier tipo de simbolismo de la vida.

De los principales heterónimos de Fernando Pessoa, Caeiro fue el único que no escribió en prosa. Alegaba que solamente la poesía sería capaz de dar cuenta de la realidad.

Caeiro fue descrito por el propio ortónimo (Fernando Pessoa) como no sólo un pagano, sino como el propio paganismo. Definía el amor verdadero como amor hacia algo o alguien simplemente por ser esa cosa o persona, y no por otros principios externos a ella. Poseía un lenguaje estético directo, concreto y simple, pero aun así bastante complejo desde el punto de vista reflexivo. Su ideario se resume en el verso:

Há metafísica bastante em não pensar em nada. Hay suficiente metafísica en no pensar nada.

  • Álvaro de Campos

Entre todos los heterónimos, Campos fue el único en manifestar fases poéticas diferentes a lo largo de su obra. Era un ingeniero homosexual5 de educación inglesa y origen portugués, pero siempre con la sensación de ser un extranjero en cualquier parte del mundo.

Un párrafo que le define muy bien es el siguiente:Vivir es pertenecer a otro. Morir es pertenecer a otro. Vivir y morir son la misma cosa. Mas vivir es pertenecer a otro de fuera y morir es pertenecer a otro de dentro. Una y otra cosa se asemejan, pero la vida es el lado de fuera de la muerte. Por eso la vida es la vida y la muerte es la muerte, pues el lado de fuera siempre es más verdadero que el lado de dentro; tanto es así que el lado de fuera es el que se ve.

Comienza su trayectoria como un decadentista influido por el simbolismo, pero luego se adhiere al futurismo. Tras una serie de desilusiones con la existencia, asume una venanihilista, expresada en aquel que es considerado uno de los poemas más conocidos e influyentes de la lengua portuguesa: Tabacaria.
  • Ricardo Reis

El heterónimo Ricardo Reis se define como latinista y monárquico. De cierta manera, simboliza la herencia clásica en la literatura occidental, expresada en la simetría, armonía, y un cierto bucolismo, con elementos epicúreos y estoicos. El fin inexorable de todos los seres vivos es una constante en su obra, clásica, depurada y disciplinada.

Según Pessoa, Reis se trasladó a Brasil en protesta por la proclamación de la República en Portugal, y no se sabe el año de su muerte.

José Saramago, en El año de la muerte de Ricardo Reis continúa, en una perspectiva personal, el universo de este heterónimo. Saramago hace reencontrarse a Fernando Pessoa, ya muerto, con su heterónimo, que sobrevive a su creador.



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Fuentes de Información biográfica:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pessoa.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Pessoa


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1 comentario:

  1. El hecho de que Pessoa haya tenido 72 heterónimos me recuerda a los 72 nombres de Dios en la Cábala

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