Me queda un sabor amargo, un dolor muy grande. La muerte de Candela, me deja como huella la terrible crueldad y bajeza en la que puede caer un ser humano...
Un niño puesto como ajuste de cuentas entre adultos. Cuando lo único importante para un niño es crecer jugando y alimentando sueños.
Pero no puedo dejar de pensar un poquito más allá..., también me deja el sabor amargo de como toda una sociedad se va haciendo eco de falsas noticias, como los medios pueden manipular y dar fuerza a argumentos tendenciosos. En estos días, más allá de las publicaciones solidarias para la aparición con Candela, de las que fui parte, vi cantidad de publicaciones relacionadas con hacer desaparecer prostíbulos, sobre la trata de blancas, sobre abuso de menores y violaciones, sobre desaparecidos....
Todos hechos que parecían estar vinculados directamente al caso. Y el desenlace fue, triste y lamentablemente, la muerte de Candela con una motivación que no estaba considerada en estos movimientos que se iban generando desde lo social (aunque era una hipótesis de las investigaciones)
Además del dolor sin palabras que me provoca esta muerte injusta, desconsiderada, totalmente falta de dignidad humana por quienes fueron parte en el hecho... no puedo dejar de pensar, cómo se pueden generar movimientos o reacciones, o asociaciones, que con la mejor buena voluntad de los participantes, pueden estar siendo funcionales a un determinado sistema o aparato.
SilRed
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