Entonces, finalmente, ¿qué encuentra?...
...Una felicidad modesta. En efecto, el psicoanálisis descubre que nosotros, los seres hablantes, nos
contentamos finalmente con muy poco. Como saben, la felicidad efectiva, quiero decir, la felicidad encontrada concretamente, es en realidad una satisfacción extremadamente limitada que se obtiene con pocos medios. Cualquier otra satisfacción más allá de este límite es lo que el psicoanálisis lacaniano denomina goce del Otro. Desde un punto de vista ético, la posición psicoanalítica es subversiva porque, a diferencia de ciertas corrientes filosóficas que reconocen en el hombre la prosecución de la felicidad como prosecución del bien supremo, el psicoanálisis dice: estamos de acuerdo, el ser humano aspira al bien supremo, a
condición de admitir que, no bien iniciada la prosecución del ideal, éste se transforma en la realidad concreta de una satisfacción muy reducida.
"¡Pero cómo —se nos replicaría— por más que reconozcamos que el espejismo de la felicidad absoluta es prontamente disipado para dar lugar a una felicidad relativa, no deja de ser menos cierto que la ficción de un absoluto sigue siendo un fin siempre perseguido!" El psicoanálisis respondería: "No. El ser hablante no quiere este goce sin
medida, se niega a gozar, no quiere ni puede
gozar".
Juan David Nasio.
"Cinco lecciones sobre la teoría de Lacan"