No entro cotidianamente, pero cuando lo hago... ahhhh..... qué linda sensación de re-encuentro con lo propio. Veo comentarios. No hay. En todas las publicaciones, ya desde hace un tiempo largo, no hay comentarios, y es que ni siquiera son vistas, supongo.
No importa. La verdad no es el objetivo de este espacio el ser visto y recontra visto. Empecé hace muchos años. Al principio con mayor continuidad. Luego más espaciado. Pero siempre sintiendo mucho placer en cada instante que por aquí transito.
A qué se debe esto? A que es un lugar íntimo a pesar de estar en internet. No se muy visitado. O quizás no es visitado. Pero es un espacio de virtualidad que me conecta directamente con emociones vividas y sentidas. Con momentos particulares, únicos. Porque cada publicación encierra una parte de mí. Tal vez, porque algún autor me moviliza y me hago eco de sus palabras, con un sentir propio. Tal vez también, porque en alguna circunstancia la publicación tiene que ver con haber volcado en mis propias palabras, mis sentimientos o mis vivencias. Como en este momento, al hacer un rápido vuelo de pájaro, sobre mis palabras y mis imágenes, resguardadas en este espacio real, pero virtual.
Bueno, esta publicación que objeto tiene? Solo recordarme que este espacio está aqui, para mí, porque es mío, porque es una parte de mi vida. Y es lindo visitarlo. Como cuando uno abre el placard, o algún cajón del escritorio que no es habitual, y se encuentra de repente con ese papelito, o con esa fotito, que fue tirada allí, en algún momento, y que de repente apareciendo, trae consigo un montón de recuerdos.
Y ahora, cierro este cajoncito nuevamente. Guardo y atesoro hasta las simples palabras y momentos, como estas, en este instante. Las guardo y me despido hasta el próximo re-encuentro.