Mis pequeñas cosas

Mi foto
Fotos, pensamientos, canciones, fragmentos y momentos. Vida.

sábado, 2 de febrero de 2013

"La vida, ese paréntesis..." Antesala de cumpleaños



Así comenzó la reflexión, recordando el título del libro de Mario Benedetti. "La vida, ese paréntesis" y algún que otro hecho de la vida cotidiana.

Ese paréntesis que se abre el día en que nacemos, el día en que asomamos al mundo por primera vez, dejando el nido tibio del vientre de mamá, para empezar un camino que es siempre a descubrir, en cada hora, en cada día, en cada año.

Ese paréntesis que se cierra, que se cerrará el día final, cuando en el adiós de los seres queridos, en alguna lágrima quizás, la luz de la vida se apague para siempre, el telón se cierre, y abandonemos el mundo,  entrando lentamente en  el territorio desconocido de los recuerdos de otros.

El día del cumpleaños. Nunca es un día como cualquier otro. Quizás algunos lo disfrutan mucho, quizás otros quieren pasarlo por alto. La singularidad de cada uno vestirá de diferentes matices este día. Expectativa, alegría, tristeza, melancolía, recuerdos y anhelos, deseos, proyectos por cumplir... Tantos sentimientos pueden caber en este día!

El simple hecho de las dos posibilidades que caben el día del cumpleaños, ya sea la alegría de festejar o la necesidad de no hacerlo, ya el simple hecho de elegir una u otra, hacen inevitablemente, que este día no sea igual a cualquiera.

Creo que cumplir años, es realmente el verdadero festejo de año nuevo.



El 31 de diciembre el mundo entero festeja y despide al año que se va, renovando las esperanzas y los sueños en el nuevo año que está por llegar. Compartiendo en nuestra  mesa de festejo, tenemos como comensales al anciano cansado que se despide, haciendo un balance del camino recorrido. Y en el otro extremo de la mesa, llora el año nuevo con  olor a pañales y chupete, trayendo consigo un cuaderno de hojas blancas, esperando la escritura de la vida.

Cumplir años es inaugurar una nueva etapa, un capítulo más en el breve paréntesis de la vida. También es brindar y soplar las velitas, pedir los deseos, acompañada, casi imperceptiblemente, por el anciano cansado/gastado y por el bebé rozagante de sueños. Despidiendo al que se va, recibiendo al que se viene.

Al cumplir años el saludo recibido, el beso, el abrazo, el cariño y el amor, me dan sentido, "me significan". Sin embargo siempre, en esta fecha, me invaden sentimientos encontrados... Una de cal y una de arena...

Es inevitable el mirar atrás, recordar, añorar, extrañar, arrepentirse tal vez, avergonzarse quizás... Siempre habrá algo que dejó un sabor amargo...

Es inevitable el mirar hacia adelante, plantearse un nuevo proyecto, anhelar el cumplimiento de un nuevo sueño, anidar nuevos deseos, esperar la sorpresa que la vida me pueda regalar... Siempre habrá algo que me pueda sorprender...

Se agolpan y me invaden miles de recuerdos. Aquellos años de la infancia, en los que por diferentes motivos, no fue posible disfrutar de las fiestas de cumpleaños con amigos, pero no faltó nunca el festejo íntimo y familiar, el saludo, las primeras palabras del día en los labios de mi mamá, la tarjeta de cumpleaños que año tras año me entregaba con su beso. El saludo de papá, sus regalos que siempre tenían ese toque mágico de amor, que lo hacían el mejor regalo.

El correr del tiempo y la vida adulta, brindaron otras posibilidades. Festejo con amigos, baile, música, alguna salida especial. Pero siempre el cumpleaños fue un día diferente.

Creo que recordando a lo largo de mi historia, pude transitar por los dos extremos antagónicos de sentir el día del cumpleaños.  Años en los que me invadía la alegría de festejar, y otras oportunidades en las que quería que fuera como un día más. Pero sin embargo, y a pesar de una u otra forma de sentir, nunca fue un día igual a cualquiera.

Hoy, en la antesala de mis 50,  vinieron y me habitaron todos estos pensamientos, tomando cuerpo en mi cuerpo. Me invadieron el ánimo y el alma, dibujándose en mis gestos, en mis palabras y en mi silencio.


Gracias a los que estuvieron, me enseñaron a andar,
y siguen estando aunque no estén.
Gracias a los que me acompañan y comparten mi vida,
a los que recorren a mi lado el camino que transito,
en "mi breve paréntesis de vida".


SilRed.
02-02-13 








No hay comentarios:

Publicar un comentario